domingo, 13 de noviembre de 2011

Viaje al sur de Andalucía


        Dispongo de una semana para ir de viaje.  Como medio de transporte uso el coche, porque quiero poder moverme libremente, por varias zonas del suroeste de Andalucía.
El viaje en coche nos lleva unas 10 horas. A algunos les puede parecer mucho tiempo, pero nosotros lo llevamos bien. Es todo autovía desde la parte norte de España. Sólo hay un peaje, después de Sevilla, que cuesta unos 7 euros.
Reservamos todas las noches en el mismo hotel: Monterrey Costa, en Chipiona. El hotel es excelente, tanto en el trato, servicio, instalaciones, comida, precio y situación. Nosotros nos  alojamos en régimen de media pensión, porque al movernos de un lado para otro, a mediodía comíamos donde mejor nos coincidía.
Para que os hagáis una idea, Chipiona se encuentra a 10 minutos de Sanlúcar de Barrameda, a 20 minutos de Jerez de la Frontera, a 40 minutos de Cádiz, a 100 km de Sevilla, a 1 hora y 45 minutos de Tarifa (nosotros  lo hicimos en menos de una hora y media, pero a riesgo de que nos quitaran el cárnet) y a 2 horas de Huelva.
A continuación hago un breve resumen de lo que hicimos día a día.

Primer día: Visitamos Sanlúcar de Barrameda por la mañana. Damos un paseo por el centro histórico, en el que se observan casas señoriales e iglesias. Llegamos a la plaza del Cabildo, que es el centro neurálgico de la ciudad. Está rodeada de terrazas y comercios. Siguiendo una recomendación de una buena amiga, comemos en Casa Balbino, situada en ésta plaza. Probamos tapas típicas como las ortiguillas (riquísimas), las cañaillas (una especie de caracoles de mar con puntas) y las tan famosas gambas. Buena relación calidad-precio.
Ortiguillas

Por la tarde nos acercamos hasta Jerez de la Frontera.  Allí, visitamos las bodegas del González Byass, famosas por su marca de fino Tío Pepe. No nos dejan firmar en las botas (a pesar de nuestra insistencia jejeje) Como anécdota, hace un año estuvo Letizia Ortiz y tiene su bota firmada (las botas son los barriles donde almacenan el vino o licor). La infanta Leonor tiene bota propia, pero aún no la ha podido firmar. Catamos el vino de jerez fino y el Croft (tiene mucho éxito en Gran Bretaña). Nos cuentan la vieja historia de que a los ratones les gusta el vino. Entonces, cuándo lo descubrieron, decidieron poner una copa de vino, con una pequeñita escalera para subir a ella, y algo de comer para que los ratones se acercaran a aquel lugar. Más que nada es para que alucinen los turistas. Nosotros no los hemos visto, pero dicen que no es raro verlos por allí.
Otra anécdota curiosa es de dónde ha salido el logotipo del Tío Pepe. Se debe a que un trabajador de las bodegas, jefe de publicidad, llamado Luis Pérez Solero, siempre firmaba en las botas con sus iniciales de tal forma que la L es el brazo del símbolo, la P es el cuerpo, y la S es la guitarra que lleva en la mano. Además éste señor siempre llevaba sombrero, y al firmar, después de poner las iniciales, dibujaba un sombrero encima. Ésta firma ha evolucionado hasta lo que hoy es el logotipo del Tío Pepe.
 No podemos visitar el Alcázar, que es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, porque cuando llegamos ya estaba cerrado. No me acuerdo de a qué hora cierra, pero muy temprano. Dicen que hay una botica antigua dentro que es espectacular.

 Segundo día: Este día tenemos las entradas reservadas para ir a Doñana, que a pesar de quedar al lado de Chipiona en el mapa, la entrada para las visitas es por el lado de Huelva, con lo cual nos queda a dos horas de camino. También se puede coger un barco desde Sanlúcar de Barrameda, que te lleva por el lado este. Las visitas guiadas salen de El Rocío, con lo cual decidimos pasar la mañana allí. El Rocío es bonito, pero nada de lo que yo me había imaginado. Es una aldea de 1500 habitantes, en la que vive gente todo el año. Incluso nos han dicho que el Litri tiene su casa allí. Tiene una iglesia muy normalita, pero el encanto de las marismas y de los caballos salvajes rodeándola, le dan un toque especial. El suelo es todo de arena. Comemos allí, en uno de los chiringuitos. Yo probé el salmorejo que me pareció similar al gazpacho, pero más consistente.  Mi marido probó las acedías, que son pescaítos fritos típicos de la zona.  Como nos sobraba tiempo, nos acercamos hasta Matalascañas, que tiene una playa de aproximadamente 4 km. No había  gente, aunque supongo que en los meses de verano estará a tope.
Nos dirigimos hacia Doñana. Subimos en un bus 4x4 y comenzamos la ruta. Nos dejan unos prismáticos. Vemos gamos, ciervos, agachadillas, jabalíes, gansos en migración hacia África, pollas de agua, aguiluchos ratoneros, cernícalos, buitres leonados, caballos y yeguas marismeñas. No conseguimos ver los linces, a pesar de que hay unos 70 aproximadamente; y tampoco vemos las águilas reales, que hay 8 parejas.

Fuimos con un guía que se llama Chano. La excursión cuesta 26 euros por cabeza , que se abona en efectivo el mismo día de la visita, pero con reserva anticipada. Yo creo que merece la pena.
Después fuimos a cenar a Chipiona. Es un pueblo no muy grande, en el que destaca la  cantidad de flores que hay; deben de tener un mercado importante porque tienen un montón de invernaderos.  Otra zona importante es el faro y la playa, que aún siendo de noche permanece iluminada como si fuese un campo de fútbol.

Tercer día: Nos dirigimos hacia Tarifa. Es un pueblo con estrechas calles a las que se accede por la puerta de Jerez. Visitamos el castillo de Gúzman el Bueno, en el que destaca la cúpula de latón del morabito. Nos dicen que es el castillo fortaleza de mayor tamaño construido en España por los árabes. La entrada  cuesta 2 euros y no hay visitas guiadas, ni siquiera audioguía.
Intentamos ver el faro de Tarifa, que marca el fin del continente, pero una verja nos impide el paso… qué decepción!!! Desde esta zona se ve el castillo de Santa Catalina, que no se puede visitar. Desde el puerto se distingue perfectamente la costa africana , a tan sólo 14 km de distancia.
Dejamos Tarifa para dirigirnos a La Línea de la Concepción- Gibraltar.
En Gibraltar no os recomiendo entrar con el coche, hay unas colas infinitas, y dejando el coche en la Línea de la Concepción, cruzas a pie la frontera sin problemas. Al entrar te piden el dni. Nosotros contratamos una excursión, por todo el peñón, excepto la parte más superior que pertenece al ejército: Gibraltar official tours, por 25 euros por persona. Te llevan en una furgoneta haciendo varias paradas: las columnas de Hércules, con una preciosa vista.  La segunda parada es en  las cuevas de San Miguel, con estalactitas y estalagmitas, donde se organizan conciertos, aunque antiguamente fue concebido como hospital, pero no llegó a ser utilizado. Otra parada es en un lugar donde se ven las 2 vertientes del peñón, y que tienen un sitio donde le dan de comer a los monos. Los monos campan libres por todo Gibraltar, y son muy juguetones y activos. De todas formas hay que tener cuidado en no darles de comer (está penado) ni tocarlos (pueden morder).Les gusta posar para las fotos, incluso entrar dentro de los coches.

 La quinta parada es en unos túneles, que son cavidades en el subsuelo de la roca, construidos por la mano humana, buscando la protección y defensa del peñón. Son aproximadamente 45 km, con cañones situados estratégicamente. La sexta y última parada, fue para ver las ruinas del castillo árabe. Todo esto amenizado por la grata compañía del guía Steve Hughes, de nacionalidad inglesa, pero como nos dijo él, no es ni inglés ni español, es gibraltareño. Los gibraltareños tienen un acento muy especial, mezclando andaluz e inglés, y usando muchos sustantivos en lengua inglesa, denominado llanito. La excursión se acaba y nos dejan en Main Street, que es la zona comercial peatonal. Hay un montón de tiendas, en alguna puedes encontrar cosas más baratas que en España, sobre todo tabaco, colonias…
Otro dato que llama la atención de Gibraltar, es que el tráfico es igual que en España, conducen por la derecha. Antiguamente era como en el Reino Unido, pero esto cambió en 1929, para favorecer la comunicación terrestre con el país español. También llama la atención, que la carretera va por el medio de la pista de aterrizaje del aeropuerto. Cortan la carretera  cuando aterriza o despega un avión (3 ó 4 al día). Esto se llama optimización del espacio!!!

Cuarto día: hoy toca Cádiz. Nada más llegar nos encontramos  ya la oficina de turismo, que está al lado del puerto, en la zona del pópolo. Nos informan de que existen unas rutas por la ciudad, marcadas en la calle con líneas de colores, para ver lo más importante. Decidimos hacer la violeta, llamada Cargadores a Indias.. La entrada a la plaza de la catedral se hace por un bonito arco llamado arco de la rosa. De la catedral destacan las dos torres y la gran cúpula de azulejos. Entramos en la Torre de Levante de la catedral, y subimos hasta arriba. Hay unas vistas panorámicas de toda la ciudad preciosas. Es fácil subir, ya que es en rampa. Cuesta 4 euros la entrada.

Otro lugar que visitamos fue el antiguo hospital de mujeres, donde hay una capilla con una obra maestra de El Greco ( capilla de San Francisco de Asís). La entrada nos costó uno o dos euros, no recuerdo bien.
Después visitamos la Torre Tavira, donde hay un mirador, que para llegar hay que subir 173 escaleras ( yo no las he contado evidentemente: lo ponía a la entrada). Y también está la primera cámara oscura de España, del año 1994.  Con la cámara oscura ofrecen una visión de la ciudad excelente, perfectamente explicado en varios idiomas por una guía. Lo que me llamó más la atención fueron las casas típicas de los comerciantes, con altas terrazas y miradores, para poder ver los barcos en la bahía.
Comimos en el restaurante Las Flores, en la plaza topete, en el mercado de las flores. Degustamos típicos platos de fritura, mojama (atún curado y seco, me recordó al jamón, pero más salado) y huevas aliñadas. Lo recomiendo, buena relación calidad-precio.
Hay un ferry que cruza la bahía y te lleva hasta El Puerto de Santa María, pero que, debido a las condiciones meteorológicas ese día no salió.
En la ciudad hay unos autobuses turísticos de 2 pisos, que por 15 euros, te llevan a conocer  los puntos de interés con explicaciones. Es recomendable, aunque se puede andar bien a pie.
También hay un jardín botánico, que no es nada del otro mundo, pero para pasar un ratito es bonito.
No visitamos la iglesia de los Capuchinos, pero a modo de anécdota histórica, os cuento que: una vidente le dijo a Murillo que se iba a morir en una boda. Entonces él dejó de asistir a todas las bodas, pero curiosamente el cuadro que pintaba en la iglesia de los Capuchinos, cuando se cayó desde lo alto (a raíz de esta caída falleció), era la pintura de los desposorios de Catalina. Lo dejo ahí…

Quinto día: Tánger. Hemos contratado una excursión  con FRS (ferrys rápidos del sur) por 60 euros, que incluye transporte, guía y comida. Si quieres el viajes solo, cuesta 36 euros. El viaje, en la publicidad dice que lleva 35 minutos, pero desde que te subes hasta que te bajas pasa una horita. El ferry es cómodo, limpio y moderno. Nosotros no nos mareamos, pero hay mucha gente que sí se marea.
A la llegada a Tánger nos están esperando ya los guías, que son marroquíes. Nos llevan en un autobús por toda la ciudad: zona norteamericana conocida como California, zona española, por toda la parte moderna, que estéticamente es como cualquier ciudad española.
En este recorrido hacen una parada para montar en camello por tan sólo 1 euro. El bus nos deja en la parte antigua de la ciudad. Fuimos a pie hasta  medina (calles estrechas y sitios pintorescos). El guía nos explica que en cada zona  o barrio, siempre hay 5 cosas que no pueden faltar: una fuente pública, un horno de pan público, baños de masajes públicos, una escuela y una mezquita.
A lo largo del recorrido se hacen varias paradas concertadas comerciales, para intentar vendernos cosas como pan, alfombras, artesanía, especias y cosmética propias del país (resultan algo pesados). Entremedias, paramos a comer en un restaurante típico. Probamos la sopa del ramadán, carne de ternera, cuscús, té con menta, y pestiños de postre. La comida estaba muy rica, las bebidas se pagan a parte, no van incluidas en los 60 euros.
Cuscús



La excursión está bien porque te sientes más seguro, el guía no te deja en ningún momento, pero se hacen pesados con el tema de las compras.  Las calles están algo sucias, pero no huele mal, aunque supongo que cuando hace calor será peor.
Durante el día, llaman dos veces para ir a orar, la gente corre para no llegar tarde.
En esta excursión, por un precio razonable, pasas un día conociendo una  cultura muy diferente a la nuestra.

Sexto día: hoy toca Véjer de la Frontera. Es un pueblo blanco, muy cuidado y limpio. Tiene una muralla rodeando el casco antiguo, con el barrio judío, un castillo y diversos arcos de entrada adentro de la muralla.
La plaza de España es un sitio precioso, con una fuente y un pintoresco bar rodeando parte de la plaza.
También hay unos molinos harineros de la época del 1800 y pico. No se pueden visitar por dentro, por lo menos el día que nosotros fuimos.
Vamos para Barbate. Para llegar allí, pasas por el parque natural de Barbate, lleno de pinos piñoneros, y con varias rutas de senderismo. En los Caños vemos el faro de Trafalgar, que para llegar hay que realizar un paseo a pie de unos 15 minutos más o menos.
Atún de almadraba
Comemos en Barbate: restaurante Nani (fijarse en las cejas del dueño!!!) Comimos ortiguillas, fritura y un riquísimo atún rojo de almadraba. Barbate tiene una playa grandísima, de aguas claras y un paseo precioso al lado de la playa. Es la tierra de Chiquito de la Calzada ( comor???)
Luego vamos dirección a Ubrique, por una carretera de montaña preciosa, atravesando el parque natural de los alcornocales, donde hacemos una parada. Pero no por el corcho, sino para probar unos suculentos madroños, no sin esfuerzo, porque estaban algo altos. Los frutos del madroño se suelen dar en el mes de octubre/noviembre.
Ubrique es un pueblo blanco, bonito. Nuestra curiosidad nos hace buscar la casa de Jesulín, que está situada en la carretera que va de El bosque a Prado del Rey, a aproximadamente 18 km del pueblo de Ubrique. No tiene nada que ver, simplemente es por el lado morboso del asunto!!
El sur de España tiene muchas posibilidades y sitios para visitar. Cuando te hablan de Andalucía, lo primero que te viene a la cabeza es Sevilla y Granada. Pero la provincia de Cádiz tiene muchas posibilidades para pasar una bonita semana de turismo.